El Señor ha adornado su vida con tantos dones que resulta una espléndida sinfonía, aseguró
Por: Mario Rafael León
El Cardenal Sergio Obeso Rivera refirió que no fue un libro de espiritualidad, sino una novela, quien le abrió la inteligencia a darle sentido a la vida que ha ocupado el sacerdocio que recibió a los 23 años: la paga, así lo entiendo ahora, para mí ha sido tan abundante como la suma de años en que mi ocupación exclusiva ha sido como suena: servir al Señor.
Al abordar en su homilía la célebre parábola de los llamados a la viña a distinta hora recibiendo el mismo salario, el Cardenal refirió “estamos celebrando, y gracias por acompañarme, el haber sido honrado por el Santo Padre Francisco con el quehacer propio de un cardenal. Esto en el ocaso de mi vida. Si algo define y caracteriza mi vida es precisamente haber sido empleada, con todas mis limitaciones en el servicio del Señor”.
Al presente, dijo, el dueño de la viña ha querido distinguirlo a última hora con el trabajo que puso en sus manos desde el amanecer: poner su existencia total a su servicio. “La expresión última de este llamado es lo que estamos celebrando y en el que ustedes me honran con su presencia; al estar el Señor por llamarme en el ocaso de mi vida a dar la cuenta final, me concede un privilegio que hoy pongo bajo el signo del servicio a Su voluntad: me ha llamado a ponerme a su disposición totalmente, en el servicio de Su Iglesia. Esto significa para mí el que el Señor se haya fijado en mi insignificancia, para dar la última nota de grandeza a esta espléndida sinfonía que suena en Su servicio”.
El Cardenal Sergio Obeso Rivera señaló que si su vida pudiera representarse como una composición musical, si mira a los dones con que el Señor la ha ido adornando, resultaría una espléndida sinfonía.
Ante los feligreses que abarrotaron la Catedral de Xalapa, Sergio Obeso Rivera recordó que todo comenzó con haber sido ordenado presbítero de su iglesia cuando contaba con 23 años y que transcurrieron 17 cuando el Señor lo llamó a ser obispo y que desde entonces hasta la fecha son 47 años los que suman la paga con que el Señor lo ha recompensado. “Ahora, cuando el sol está por ocultarse, me viene continuo a la mente la manía de sumar todos estos años para descubrir, y es lo que confieso ahora ante todos ustedes queridos amigos, que en todos he recibido una espléndida paga, para agradecer al Señor: gracias porque durante 13 años, ya lejanos, me concediste una familia en la que mis padres me amaron, a veces con exigencia; gracias, porque durante 12 años me llamaste al Seminario para seguir preparándome como trabajador de la viña; gracias por 17 años que me concediste la grave responsabilidad de colaborar en la formación de los sacerdotes, gracias por los tres años privilegiados en que me desposaste con una bella novia que fue la Diócesis de Papantla, gracias por la confianza que pusiste en mis manos como formador del Seminario y, gracias Señor por estos 47 años de Obispo en que me colmaste de regalos al ponerme al servicio de tu pueblo en Xalapa. Gracias Señor, y perdóname cuando no estuve a la medida de tan bellas encomiendas”, aseveró.
Durante la homilía, el Cardenal pidió a Dios el don de comprender a sus hermanos, de saber dialogar con ellos, a poder hacer realidad, como programa de vida todo lo que en estos últimos días le ha dicho gente buena en palabras benevolentes. “Dame la fuerza de tu Espíritu para convertir todo lo que han dicho de mí en programa para los años que me restan y que tú sabes cuántos son. Gracias Señor porque a lo largo de toda mi vida me has recompensado con un sueldo extraordinario, no de última hora, sino muy por encima de lo merecido: vivir a tu servicio”, expresó.
A la Eucaristía para agradecer el don del Cardenalato de Sergio Obeso Rivera asistieron el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares; el secretario de gobierno Rogelio Franco Castán; el presidente municipal de Xalapa Hipólito Rodríguez Herrero; y el representante personal del gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez, Erick Patrocinio Cisneros Burgos, entre muchos otros invitados.
El Corresponsal, en el lugar de la noticia.
