La pobreza, sólo en unas distantes en los cerros
Por: Alejandro García
Abundancia, mucha abundancia es lo que se ve reflejado en el rancho El Faunito, donde no se escatimó recurso alguno para su construcción y adecuación, para lo que se pretendía fuera la casa de retiro en Veracruz, del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías Tubilla.
Una casa principal con 5 recámaras, varias salas, una incluso con jacuzzi, comedor, cocina, todo en construido sobre piedra de cantera y enormes vigas de cedro.
Hay una capilla, para al menos 50 personas, equipada no sólo una enorme cruz de madera y campana, sino también con una enorme pila bautismal de mármol, adornado todo sobriamente por un par de lienzos de la Virgen María como del nazareno.
La herrería no sólo está presente en la capilla, sino en todo el rancho, incluso hasta en los alrededores de la alberca.
Ver el rancho El Faunito y constrastarlo con la pobreza que hay en Veracruz y que incluso, tal vez le disgustaba a Duarte de Ochoa, cuando desde su alberca al mirar hacia hermosa vista de los cerros, brotaban unas cuantas casas de cartón.
Esa pobreza, era la única que estaba presente en El Faunito, donde las enormes extensiones de jardines, las tirolesas, las canchas de futbol, tenis, asadores, terrazas y escaleras labradas en piedra solo muestras la ostentosidad con la cual Duarte de Ochoa pretendía vivir al término de su gestión como gobernador.
Se desconoce el precio que tuvo la compra de este terreno, su construcción y su equipamiento, pues cuando Javier Duarte era gobernador y ya ocupaba este lugar, todas las habitaciones estaban climatizadas, los apagadores de luz permitían regular el brillo que se deseaba, las cerraduras de hierro forjado fueron traídas desde Europa.
