El Orfis realiza diversas acciones para consolidar la cultura ética
Por: Mario Rafael León
Las tareas y responsabilidades de la auditoría del sector público plantean elevadas exigencias éticas para quienes laboran en los organismos fiscalizadores; por ello, una de las normas profesionales del Sistema Nacional de Fiscalización señala la necesidad de impulsar, consolidar y velar por una cultura de valores y principios, afirmó Lorenzo Antonio Portilla Vásquez, titular del Órgano de Fiscalización Superior del estado.
En el Orfis, impulsadas por el Comité de Ética, se realizan diversas acciones para consolidar la cultura ética, entre ellas la exposición Expresa Nuestros Valores, para lo cual cada área administrativa creó un imagotipo que representa los principios que animan sus actividades sustantivas, manifestó.
“Sinceramente, considero que los personajes creados y los textos elaborados por los servidores públicos del Orfis reflejan de manera admirable las convicciones con que realizan sus actividades”, aseveró.
El auditor general del estado manifestó conociendo el esfuerzo de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana en la formación académica y moral de sus estudiantes, en el marco de las actividades de los 70 años de su fundación, el próximo miércoles 27 de febrero compartirá, con cerca de 400 estudiantes y docentes, la vivencia de los valores que analizan en sus aulas.
Lorenzo Antonio Portilla Vásquez refirió que entre los principios éticos que se observan en el Orfis se encuentran la integridad como serie de acciones y actitudes que posibilitan el desempeño responsable que distingue lo legal, lo justo, lo honesto y lo apropiado.
“La independencia; es decir, el estar libre de influencias, presiones, simpatías o afectos que pongan en riesgo la capacidad de cumplir las atribuciones de manera neutral y equilibrada. También está la objetividad como actitud mental para realizar las tareas sin subordinar el juicio propio a criterios ajenos a las responsabilidades, por lo que el personal debe sustentarse únicamente en evidencia pertinente, relevante y suficiente”, dijo.
En los principios también se encuentra la imparcialidad que implica dar a los sujetos fiscalizados el mismo trato si se encuentran en las mismas circunstancias, sin permitir la injerencia de prejuicios o preferencias personales en la emisión de un dictamen u opinión. Asimismo, la confidencialidad, esto es, el mantener una estricta reserva de la información obtenida en la ejecución de las auditorías, de los resultados y su seguimiento.
“La competencia técnica y profesional del personal, ya que la auditoría gubernamental es una actividad altamente especializada y multidisciplinaria, por lo que requiere de competencias específicas, conocimientos, aptitudes y habilidades para cumplir sus responsabilidades”, aseveró.
