Señaló que el ser humano también se transfigura con la comunión
Por: Mario Rafael León
Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa, exhortó a los feligreses congregados en la Catedral de Xalapa a ser gente de oración, a reconocer el bautismo de cada uno como participación de la muerte y resurrección de Cristo y a sentirse siempre como hijos de Dios.
“Cuando comulgamos, nos transfiguramos, cuando nos confesamos de nuestros pecados también nos transfiguramos porque revelamos la filiación divina que traemos desde el bautismo eso es esencialmente lo que celebramos este domingo”, dijo el prelado durante su homilía en la que reflexionó en torno del Evangelio según San Lucas con el tema de la transfiguración de Jesús, de su misión y la manera en que debe desarrollarla.
El arzobispo de Xalapa refirió que cuando el ser humano nace en su familia es porque sus padres lo han engendrado como humano siendo criaturas de Dios.
“Posteriormente, nuestros padres nos llevan a la iglesia y por medio del bautismo somos transformados, transfigurados en hijos de Dios y comenzamos a ser personas diferentes; por un lado, tenemos todo el aspecto humano pero por otro lado tenemos el aspecto divino que nos lo da el Espíritu Santo en la iglesia a través del bautismo donde pasamos a ser hijos del padre, hijos de Dios, hermanos y discípulos de nuestro señor Jesucristo”, aseveró.
Recordó que en la iglesia, en la oración los católicos se dirigen a Dios Padre por Jesucristo, su hijo en el Espíritu Santo y que por ello “la misa es la oración de excelencia mediante la cual los fieles nos dirigimos al Padre y se ofrece al Hijo en el altar que es el mismo sacrificio de la cruz de manera sacramental a través del pan y el vino que se transforma en el cuerpo y la sangre de Cristo y que recibimos en la comunión”.
