-Veracruz

Este sábado, los fieles se reúnen para celebrar la Vigilia Pascual

Está estructurada en cuatro grandes momentos


Por: Mario Rafael León

El sábado santo es el tercer día del Triduo Pascual. Al caer la tarde, los fieles se reúnen en la iglesia para celebrar la Vigilia Pascual, que es la celebración culmen de la Semana Santa porque en ella se celebra la Resurrección de Jesús, informa José Manuel Suazo Reyes, director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa.

Indica que la Vigilia Pascual está estructurada en cuatro grandes momentos que son los siguientes:

El lucernario. Con las luces apagadas se enciende el fuego nuevo, se bendice, y con él se enciende el Cirio Pascual que representa a Cristo Resucitado. De esta nueva luz, los feligreses encenderán los cirios que llevarán a sus hogares, simbolizando con ello que Cristo es nuestra luz. Esta primera parte se concluye con el canto del Pregón Pascual.

La liturgia de la palabra. En este momento, indica el sacerdote, los fieles son alimentados con la Palabra de Dios. Se proclaman nueve lecturas tomadas del Antiguo y Nuevo Testamentos. Son textos selectos que van presentando la historia de la Salvación: Dios creó bueno el universo y al ser humano. Llamó a Abraham y le hizo promesas; liberó a su pueblo de la esclavitud e hizo una alianza; lo alimentó con su palabra y fue revelándole poco a poco su voluntad. De ese pueblo nació Jesús, quien fue enviado por el Padre para salvar a la humanidad por medio de su pasión, muerte y resurrección. Durante las lecturas, al término de la última del Antiguo Testamento se entona solemnemente el gloria y suenan las campanas para anunciar la resurrección de Jesús.

Liturgia bautismal. En esta tercera parte, luego de cantar la letanía de los santos, se lleva a cabo la renovación de las promesas bautismales que crean el ambiente propicio para llevar a cabo los bautizos de pascua y la aspersión con el agua bendita. “El bautismo nos hace participar de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. El bautismo nos hace hijos de Dios, templos vivos del Espíritu Santo, miembros de la Iglesia y hermanos de Jesucristo. Al renovar las promesas bautismales renovamos nuestra comunión con Dios y nuestro deseo de vivir como hijos suyos”, expresa el pare José Manuel Suazo.

Liturgia eucarística. Con esta cuarta parte se pasa al banquete eucarístico. “Es el momento de ofrecer el sacrificio único de Cristo. Toda la comunidad reunida ha escuchado la Buena Nueva de la Resurrección de Cristo, ha renovado sus promesas bautismales y se dispone a participar en lo que viene considerado por la iglesia como el Centro y Culmen de nuestra vida cristiana”.

La Vigilia Pascual, indica el director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, inaugura la gran fiesta de la resurrección. “Cristo ha resucitado y vive en medio de nosotros. ¡Aleluya!”, puntualiza.

 

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