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La mexicana Bibiana Candelas sonríe ante la adversidad

La voleibolista afronta una recurrencia de un linfoma de Hodgkin con gran actitud; desea atravesar este momento con ánimo y que la gente que padezca esta enfermedad se sienta acompañada


Recurrencia. Cuando el cáncer reaparece después del tratamiento”. Así comienza el mensaje con el que Bibiana Candelas, voleibolista mexicana y múltiple medallista de distintas competencias internacionales, anunció que este padecimiento llamado linfoma de Hodgkin había regresado.

En esa misma publicación, compartida a través de sus redes sociales, Candelas respondió preguntas que ella misma se planteó: “¿Qué necesito? Buena vibra y memes buenos. ¿Qué no necesito? Lástima. ¿Qué quiero? Compartir mi historia para que, si alguien está pasando lo mismo, (sepa que) no está sólo, aquí estoy”.

Bibi comenzó a jugar a los nueve años y a los 13 ya era seleccionada nacional. A los 17, sentada con su padre viendo la final de la NCAA entre la Universidad de Stanford y la de Long Beach, dijo: “yo quiero estar ahí”. Dos años después se encontraba jugando y ganando una final para los Troyanos del Sur de California, precisamente ante Stanford “esa universidad que había visto en televisión con mi papá”, recordó en entrevista para Excélsior.

Después de dos Campeonatos Nacionales y haber sido nombrada jugadora All American en tres ocasiones, la menor de cuatro hermanos se graduó de USC como comunicóloga.

Las ofertas del profesionalismo no se hicieron esperar, específicamente de Italia, sin embargo, en ese momento recordó la promesa que se había hecho cuando era una niña: ir a los Juegos Olímpicos, “no podía quedarme mal”, pensó.

Fue entonces cuando optó por cambiar el voleibol de sala por el de playa “no porque fuera más fácil calificar a unos Juegos Olímpicos, pero sí era más sencillo conseguir a una sola compañera que se comprometiera”, explicó.

Esa compañera fue Mayra García, con quien subió al podio en dos Juegos Centroamericanos y dos Panamericanos, además de cumplir el sueño, participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

En el momento que pisé esa cancha, pensé que valió la pena todo el esfuerzo, todo lo que tuvimos que pasar para llegar ahí y, sin duda, lo volveríamos a hacer. Fue algo que me hizo creer que cuando tienes una meta, trabajas y eres constante para llegar a ella, se consigue”, reflexionó.

Bibi y Mayra estuvieron juntas en el siguiente ciclo olímpico. Un calambre de García en pleno partido de clasificación, impidió que la dupla pudiera seguir compitiendo para buscar el pase a Londres 2012.

Tras el retiro de su primera pareja, Candelas hizo equipo con Marta Revueltas, con quien participó en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

2DO SET: GRAN DESAFÍO

La coahuilense regresó al voleibol de sala en la Liga de Puerto Rico. Dos temporadas después, decidió que era momento de alejarse de las canchas, pero no del deporte. No sólo porque se convirtió en la Coordinadora Atlética del Tecnológico de Monterrey, sino porque fue diagnosticada con cáncer tipo linfoma de Hodgkin en 2017 y lo tomó como un partido más.

Ese tipo de enfermedades te marca de muchas maneras, física y mentalmente. Yo traté de verlo como un reto más en mi vida y creo que sin duda el deporte me dio las herramientas para enfrentar esta enfermedad, me dio autodisciplina, me dio el trabajo en equipo, el apoyo de mis compañeros y sobre todo mantenerme positiva en este proceso”, compartió.

Bibi Candelas está de vuelta en la cancha para disputar un partido que parecía terminado a finales de 2018. Como en toda su trayectoria, tendrá un equipo que la acompañe. Los memes serán su defensa, el deporte su colocador y ella rematará.

Es otro quinto set… A darle”, así termina el mensaje que publicó en sus redes sociales el viernes 26 de julio.

Fuente: Adrenalina

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