-Veracruz

A todos preocupa profundamente al ambiente de violencia e inseguridad

Hipólito Reyes Larios deseó que se recobre la honestidad y la buena administración


Por: Mario Rafael León

Una vez que han pasado las fiestas de la Independencia Nacional, a todos preocupa profundamente el ambiente de violencia e inseguridad que hay en el país y en Veracruz, aseguró Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa.

Durante su homilía de este domingo, el prelado manifestó que para vivir como hijos de Dios es necesario vivir como hermanos compasivos de los demás. “Ojalá todos los mexicanos, especialmente los veracruzanos, abramos la mente y el corazón a la esperanza y solidaridad en la construcción de un estado más unido y fraterno y contra la corrupción disimulada y la escasa solidaridad ante el desempleo y la salud pública”, aseveró.

Ante los feligreses congregados en la Catedral de Xalapa, el arzobispo deseó que se recobre la honestidad y la buena administración y que ello sea el impulso para lograr el bien común y a superar la vergonzosa corrupción. “¡Basta ya de Fobaproas, de bursatilizaciones fraudulentas, de estafas maestras, de empresas fantasma, de huachicoleos amañados y de apoyos sociales indiscriminados para comprar los votos políticos!”, expresó.

Al referirse a las lecturas bíblicas de este domingo, Hipólito Reyes Larios manifestó que quien es fiel en las cosas pequeñas también es fiel en las cosas grandes. “Si ustedes no son fieles administradores del dinero tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos?”, indicó.

Refirió que no es posible servir a Dios y al dinero al mismo tiempo ya que ambos son amos exigentes y que sus servicios se rigen por una lógica diferente y opuesta. Por un lado, aseveró, está la lógica del amor, la fraternidad y la generosidad y, por el otro lado está la lógica del propio provecho, la competitividad y el deseo de poseer y acumular los bienes materiales.

“La riqueza tiene un poder irresistible y cuando el ser humano entra en la dinámica de ganar más y vivir mejor, el dinero sustituye a la providencia de Dios y exige su misión absoluta, el corazón del individuo atrapado por el dinero se endurece y tiende a buscar su propio interés; no piensa en el sufrimiento y necesidad de los demás y por eso no hay lugar para la solidaridad ni para un Dios que es un padre misericordioso y compasivo con todos sus hijos”, refirió.

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