OPINIONESOSWALDO CEBALLOS

Yo tengo otros datos

Por: Oswaldo Ceballos


No fueron “solo” cuatro los afectados por quemaduras durante los festejos del Grito de Independencia la noche del 15 de septiembre de 2019 en el primer cuadro de la capital veracruzana, Xalapa. Según testigos que tuvimos la oportunidad de entrevistar, manifestaban al menos de siete las personas que sufrieron quemaduras.

Decir, que no necesitaron hospitalización y se pudieron ir a casa es prácticamente minimizar el hecho, y no voltear al suceso que desencadenó esto lo cual es evidente que se trató de una negligencia.

Pudo haber sido peor, y afortunadamente no fue así en el caso específico de las personas que sufrieron quemaduras.

Circuló en redes sociales que una persona había tirado un petardo entre la gente, no fue así.

Documentado está que desde arriba del Palacio Municipal de Xalapa, uno de los fuegos de pirotecnia cayó en dirección contraria directamente a los asistentes, entre ellos, niñas y niños.

Poco después de terminar el Grito de Independencia, pasando las once de la noche, comenzaron los fuegos artificiales que maravillaron a los presentes, fueron proyectados desde la Catedral Metropolitana, desde la azotea del Bancomer de plaza Lerdo, Palacio de Gobierno y desde el Ayuntamiento de Xalapa.

Fue desde allí que se pudo observar el momento en donde una serie de bengalas caían como proyectiles hacia la multitud, fue en ese instante también cuando la presentación del grupo musical La Adictiva comenzaba y eso generó que cientos de personas que se encontraban en la parte de atrás del improvisado escenario corrieran hasta el frente empujando y apretando más a quienes estaban en medio de todo.

Esto es importante, porque se ha descartado que hubiese avalanchas humanas, pero, sí las hubo y tan es así que tumbaron las vallas metálicas instaladas en los alrededores y yo personalmente pude observar durante mi reporte cuando había que atender a mujeres que habían sido aplastadas.

Una mujer junto con su hijo quien estaba llorando en el primer filtro de acceso, declaró a este reportero que habían sido empujados y con golpes además de haber visto a personas que sufrieron de quemaduras. Antes, otra mujer en camilla.

De ahí, con la premura de conectar la transmisión, llevaron en otra camilla más con mucha celeridad al hombre de 50 años que sufrió un infarto.

Una chica de 16 años lastimada de su rodilla izquierda y con un notable raspón en esa misma extremidad en la parte de su muslo. Salió auxiliada de un acompañante. No eran esas quemaduras, eran golpes.

Una mujer de la tercera edad atendida por la Cruz Verde.

Un niño, de entre 13 y 15 años quien al observar al cielo por los fuegos artificiales estuvo a punto de perder su ojo izquierdo ya que una esquirla cayó en su rostro, “me duele la cabeza”, nos decía.

Había confusión, y caos. Los rescatistas y parte operativa de seguridad buscaban auxiliar a todos quienes pedían ayuda.

Después, una mujer de 30 años proveniente de Tinajitas, sufrió de quemaduras de primer grado. Su esposo abrazó al hijo de ambos para protegerlo del fuego y él nos dijo que a su alrededor había “como siete personas quemadas”.

Esto pudo haber sido peor, no tiene sentido ocultar ni decir cifras maquilladas. Eso déjenlo para las administraciones pasadas.

Supongo también que a los afectados deberán ser parte de una compensación por estos daños.

No fueron cuatro, fueron más las personas afectadas.

De los cuerpos de rescate, seguridad y acción puedo decir que en todo momento se mostraron comprometidos a realizar su trabajo y son ellos mismos quienes podrían manifestar si consideran haber sido rebasados por la situación imprevista o no. De eso no puedo opinar.

Por fortuna y por este accidente en específico no se causaron mayores pérdidas, pero sí debo decir que esto no puede ni debe pasar nunca más. Así cada vez menos familias querrán acudir a este tipo de eventos.

Twitter: @OswaldoReporta

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