La humillación enaltece a los ojos del Señor
Por: Mario Rafael León
La enseñanza de este domingo para los católicos es que se debe ser humilde y que ante Dios todos sean personas que reconozcan su pecado y se le hable con toda sencillez en la oración, manifestó Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa, al presidir la misa en la Catedral de Xalapa.
Indicó que en las lecturas de este domingo, se invita a los creyentes a “que nos humillemos para que seamos enaltecidos, se nos invita a que reconozcamos que somos pecadores y se nos invita también a que aspiremos a la vida eterna, a la corona duradera que nunca se marchita y que Dios nos dará a cada uno de nosotros”.
El prelado refirió que la oración que se haga siempre tiene que ser de petición y de pedir perdón ante Dios porque de nada vale que no se llegue con esa actitud y se le quiera presumir al Señor.
Recordó que los pasos para una buena confesión son hacer examen de conciencia, sentir el dolor de los pecados, tener un propósito de enmienda, ya que si después de la confesión se sigue por el mismo camino no vale la confesión, decir los pecados al confesor y cumplir con la penitencia encomendada.
“La oración la tenemos que hacer siempre humilde, siempre sencilla y con el reconocimiento de que Dios es Dios y que todos nosotros somos criaturas manchadas por el pecado original y los muchos pecados personales”, manifestó.
EL arzobispo de Xalapa recordó que Dios es un juez justo, que no se fija en las apariencias, que escucha a todos, especialmente a los pobres, a los enfermos, las viudas y los huérfanos y que hace justicia a todos. “Por ello tenemos plena confianza de que nos escucha con infinita misericordia y cuando confesamos nuestros pecados sentimos la alegría de estar en paz con Dios y con nuestros hermanos”, expresó.
