Como pastores no pueden permitir la decadencia de la esperanza ante la obscuridad de la guerra y los conflictos, aseguran
Por: Raymundo León
Los obispos de México hicieron esta noche un llamado para detener la violencia provocada por la intolerancia de ideas y la lucha de intereses de unos contra otros. Recuerdan que el papa Francisco en su mensaje para la quincuagésima tercera Jornada Mundial de la Paz manifestó que “la guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y de la diferencia vista como un obstáculo”.
En un comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos manifiestan que como pastores no pueden permitir la decadencia de la esperanza ante la obscuridad de la guerra y los conflictos, “debemos siempre pronunciarnos para que la humanidad y las naciones ejerzan su derecho al diálogo honesto y al noble ejercicio de la diplomacia como los métodos que salvaguardan la integridad y la dignidad de individuos”.
Los representantes de la iglesia católica expresan que todos “somos testigos de la delicada situación de incertidumbre y violencia que vivimos a nivel nacional e internacional, sobre todo en estos primeros días de 2020. Nuestra familia humana sigue cargando vestigios de la guerra y los conflictos entre las naciones”.
Hoy en día, indican, no se puede seguir aceptando, mucho menos promoviendo discursos políticos que polaricen a la humanidad o que inciten a la violencia. La guerra representa siempre una derrota para la humanidad.
La paz siempre será un horizonte alcanzable para todos, basada en el derecho internacional, la solidaridad entre los pueblos, y en el respeto de cada semejante y de la Casa Común.
“A nombre de la Iglesia en México afirmamos que no caminaremos bajo el sendero de la violencia y de la guerra, que la historia juzgará con vergüenza, a sabiendas de que un hermano levantó la mano contra su hermano.
“Te imploramos Dios de la paz, que en tu infinita misericordia nos bendigas y vengas en nuestro auxilio. Que María, madre de todos los pueblos de la tierra, nos acompañe y nos sostenga en el duro camino de la reconciliación”, apuntan.
