OPINIONESOSWALDO CEBALLOS

¡TENEMOS HAMBRE!

Banderas rojas ondean Xalapa


Por: Oswaldo Ceballos

La pandemia por Coronavirus afecta diferentes rubros de la sociedad, aquellos temas que de por sí se encuentran lastimados en los países, principalmente del tercer mundo, se agravan conforme avanza este periodo donde la encomienda primordial es no morir por esta enfermedad… o no morir de hambre.

Y es que eso precisamente es lo que se recrudece conforme pasan las horas y los días, la necesidad de sustentar la alimentación en las familias de medianos y escasos recursos.

“La pobreza alimentaria” es la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta. Esta definición es hecha por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

Hasta el año 2017, 27 millones de mexicanos sufrían pobreza alimentaria. Sí, ¡27 millones! De los cuales 1.2 millones de NIÑOS contaban con desnutrición crónica de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el marco del Día Mundial de la Alimentación de aquél año.

Regresamos a la crisis económica global generada por el Coronavirus que está impactando directa y rápidamente los sectores más vulnerables de toda América Latina.

Voy a darles un ejemplo claro y contundente en dos colonias de la ciudad de Xalapa, capital del estado de Veracruz.

Son El Moral y Lomas del Sedeño en donde desde hace ya algunas semanas han sacado el emblema que en estas fechas sirven para gritarle al mundo que tienen hambre: las banderas rojas.
Con base en los testimonios recabados, algunos habitantes trabajan de la albañilería, zapaterías, papelerías y otros más en algunas cadenas comerciales.

Son aproximadamente 90 las casas que ondean la bandera roja en señal de súplica para pedir algo qué comer.

Son niñas y niños que se acuestan con hambre.

Son personas de la tercera edad en pobreza extrema.

Les entrego estas imágenes que hablan por sí solas.

Sé muy bien que los políticos no llegaron a leer hasta aquí, es más, al ver el título de este material quizá muchos hasta se rieron. Perdón por hacer suposiciones, pero algunos ya hasta son predecibles.

Por cierto, muchas de esas personas pobres no necesariamente quieren que les regalen la comida, quieren trabajo, seguridad laboral, quieren ganarse honradamente un salario. Así como no podemos generalizar con la clase alta, tampoco lo podemos hacer con las clases medias y bajas.

Así como son buenos para salir a pedir el voto mediante vagas promesas y falsos discursos ojalá así sean buenos para ir a esos lugares y ayudar a las personas que más los necesitan.
Ahora es cuando.

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