ESPECTÁCULOSPuro show

Bruno Bichir; el teatro es su necesidad

El actor se adapta a la nueva forma de propuestas teatrales con las obras Villa Olímpica y Cuando calienta el sol, en las que participa a través de Zoom


Para Bruno Bichir hacer teatro en medio de la pandemia ante el covid-19, con medidas sanitarias de por medio y restricciones de horario, así como el aforo al 30 por ciento, entre otras condiciones, es tanto “necesidad como necedad” para quienes se dedican a tal arte.

El actor, quien forma parte de las obras Villa Olímpica, vía streaming, y Cuando calienta el sol, a estrenarse el 26 de noviembre con funciones híbridas (presenciales desde el Foro Shakespeare y virtuales al mismo tiempo), consideró que el teatro, por el amor que genera y por lo que significa, ayuda a establecer un equilibrio en el mundo, pues logra reflexiones profundas a través de ideas inteligentes y emociones trascendentes.

“El proceso teatral sigue siendo muy intenso, no importa cómo se desarrolle, si es a través de Zoom o de un escenario. Por supuesto, su lugar natural es la escena, pero he descubierto y considero que el proceso es lo que hace que sea teatro o no, y no necesariamente el resultado. Siempre será más lindo ver a un ser humano en vivo y en directo y compartir el espacio, aire y tiempo. Pero los seres humanos inventamos el teatro a partir de una serie de necesidades de ritual, de contarnos historias.

“La misma etimología de la palabra teatro indica que es un lugar para ver. Finalmente, la tecnología evolucionó para esto y al rato el teatro se hará en hologramas, en la palma de tu mano, ¡qué sé yo! Lo que sí sé es que hay una necesidad de quienes nos dedicamos a esto; lo entendimos, lo encontramos y es nuestra vida; si no podemos hacer teatro, no tenemos razón de ser, así que buscamos cómo”, expresó a Excélsior Bruno Bichir vía telefónica desde Los Ángeles.

El también productor, quien participa tanto en Villa Olímpica como en Cuando calienta el sol, a través de Zoom, dado a que radica actualmente en Los Ángeles, destacó que la experiencia digital está en desarrollo.

“Lo digital tiene cada vez mayores posibilidades. La democratización de los medios hace que haya muchas posibilidades de creatividad, aunque la economía es otro asunto, porque la competencia es feroz, enorme, brutal.

“Al principio de la pandemia, la gente muy solidariamente le entró a esa vía: ‘no podemos hacer teatro donde estemos juntos, lo hago a través de tu teléfono’. Y le entró la gente, entusiasta. Pero nos dimos cuenta que iba para largo (la pandemia) y que al sentarme una hora viendo el teléfono, había otros proyectos que nacieron pensados para esa plataforma.

“Quienes quisimos entrarle a esa apuesta, de repente nos dimos cuenta que no nacimos para ello, aunque poco a poco iremos hacia esa ruta. Ya está por entrar la plataforma de Teatrix a México, que lleva un tiempo funcionando en Argentina. Son plataformas que hay que seguir trabajando, cuidar y reelaborar, cada vez darle más tiempo, energía y estructura, pues por lo menos hay cuatro empresas internacionales que son emporios dedicados al entretenimiento en la palma de tu mano. Es muy difícil competir en esos mismos estándares”, acotó.

Apuntó que a pesar de la competencia en cuanto a plataformas de streaming, existe un público solidario y empático con los procesos teatrales llevados a la palma de su mano, que grabados o no, son atractivos.

“Estamos debatiéndonos en ese ínter, donde tenemos algo importante que comunicarte de cero a cien, sin truco alguno. Quedó de manifiesto, y es mi batalla personal, que no debemos pretender hacer de esta plataforma otra cosa, sino teatro, como lo hago en un escenario: no tengo el barco, sino una idea, una metáfora, un símil, una imaginación de barco; el actor tendrá que ingeniárselas para que el receptor entre en ese mundo ficticio, sin ningún elemento extraordinario”, explicó el protagonista de la serie Party of Five.

En Cuando calienta el sol, Bruno Bichir explora la pasión y la tragedia través de la historia de Nemesio, un expescador, su hijo menor y su madrastra, basado en el mito de Teseo y Fedra, pero con la narración de un cantante de corridos.

“Son personajes arrastrados por la pasión amorosa que se desata; fuerzas incontrolables que nos llevan a la locura, a cometer actos innombrables y lo que hacemos con eso. Lo puenteamos a través del Deseo de bajo los olmos, de Eugene O’Neill, que toma el mito de Fedra y hace esta obra brutal.

Desemboca en un puerto de Sinaloa, en el México actual. Así revisamos esta historia, donde son personajes cercanos a nosotros, en un contexto donde la violencia ha hecho mella. Lo más atractivo es que esta propuesta fue creada a través de la improvisación”, detalló.

Fuente: Excelsior

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