-Veracruz

Pedirán a la Virgen de Guadalupe salud y que ponga fin a la pandemia

Tocarán las campanas de los templos y rezarán el Santo Rosario Misionero


Por: Raymundo León

La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) unida a los obispos de México (CEM) realizarán un acto de consagración de América Latina y el Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe Emperatriz de América para pedirle la salud y el fin de la pandemia poniendo a todos bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles en los que ella puede abrir las puertas de la esperanza, informó el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.

Mediante la Carta Circular número cuatro de este año, el prelado solicita a todos los presbíteros y sacristanes de las parroquias, rectorías y capillas que se toquen las campanas donde sea posible a las 12 horas y recen el Santo Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco continentes culminando con el acto de consagración a nuestra madre de Guadalupe con la oración propuesta por el CELAM que se anexa en la Carta Circular.

El mencionado documento indica que la presidencia del CELAM y la CEM, en medio de la pandemia que se vive por el Covid-19, quieren alabar al Señor Jesús “por el regalo de su madre santísima Nuestra Señora de Guadalupe madre de Dios y madre de la iglesia en América Latina y el Caribe primera discípula y Misionera de nuestros pueblos”.

El momento presente, dice la Carta, “nos exige ver y escuchar las aflicciones de nuestros pueblos y generando esperanza y dirigiendo la mirada a nuestra Madre del Cielo. Por tal motivo, con esperanza cristiana, anunciamos que el próximo Domingo de Resurrección 12 de abril de 2020 a las 12 horas, desde la basílica Nacional de México haremos un acto de consagración de América Latina y el Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe Emperatriz de América para pedirle la salud y el fin de la pandemia poniéndonos bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles en los que ella puede abrirnos las puertas de la esperanza”.

El arzobispo de Xalapa invita a todos los que puedan participar a través de las plataformas digitales y de otros medios de comunicación a que se unan a este acto de consagración.

“Pido a todos los presbíteros y sacristanes de nuestras parroquias, rectorías y capillas que se toquen las campanas donde sea posible a las 12 horas y recen el Santo Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco continentes culminando con el acto de consagración a Nuestra Madre de Guadalupe con la oración propuesta por el CELAM que anexamos en esta carta circular”, expresa.

El arzobispo de Xalapa ruega encarecidamente que se rece todos los días el Santo Rosario de manera personal y familiar concluyendo con la Oración de Consagración a la Virgen de Guadalupe en tiempos de pandemia.

La “Oración a la Virgen de Guadalupe en tiempos de pandemia” es la siguiente:

Santísima Virgen María de Guadalupe,

Madre del verdadero Dios por quién se vive.

En estos momentos, como Juan Diego,

sintiéndonos pequeños y frágiles ante la enfermedad y el dolor,

elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.

Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad.

Acudimos a tu Inmaculado Corazón

imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu hijo la salud y la esperanza.

Que nuestro temor se transforme en alegría;

que en medio de la tormenta tu hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad;

que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.

Santísima Virgen María, Madre de Dios y madre de América Latina y el Caribe, estrella de la evangelización renovada;

primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos,

sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran;

sé caricia maternal que conforta a los enfermos;

sé compañía de los profesionales de la salud que los cuidan;

y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura

en cuyos brazos todos encontremos seguridad.

De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu hijo,

que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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