Pasión deportivaPuro show

Forjan oro con su pasión, un conjunto que será inolvidable

México gozó de gloria en los Panamericanos de Lima y entre sus historias inolvidables resalta la del equipo de gimnasia rítmica y su entrenadora al darle a su disciplina un nuevo paradigma en la historia del deporte nacional


El camino que Blajaith Aguilar tenía que seguir hace tres años la puso ante una bifurcación: mudarse a Suiza para consolidar su formación como bailarina de danza contemporánea o tomar el mando de la selección mexicana de gimnasia rítmica.

Como deportista ella formó parte del conjunto que se colgó el bronce en el All around de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro de 2007 y después dejó el retiro para integrarse al grupo que naufragó en su anhelo por competir en las justas continentales de Guadalajara 2011.

La danza también era una de sus pasiones. Se formó profesionalmente y perteneció a elencos del Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA), pero desarrollarse como entrenadora también la colmaba de satisfacción.

Elegir hacer vereda como entrenadora la ha recompensado con gratos momentos, pero ninguno tan brillantes como los que gozó hace unas semanas en Lima, cuando guio a sus “niñas” a reescribir la historia de la gimnasia rítmica nacional con actuaciones que llevaron que de sus cuellos pendieran un par de oros y una plata, éxitos con los que crearon un nuevo paradigma para miles de niñas que practican su deporte.

Fue la elección de una pasión por otra”, reflexiona Blajaith, cuyo nombre es la combinación de las primeras tres letras de los de sus padres Blanca y Jaime (“la th se lo agregaron porque les gustó”).

No me he arrepentido. Estoy orgullosa y contenta con lo que se ha logrado y con el trabajo que se está haciendo… pero sí añorar, porque la danza es otra de mis pasiones. Hay veces que me llega el sentimiento de preguntarme ¿qué sería de mí si hubiera seguido siendo bailarina?, ¿dónde estaría ahorita?, pero arrepentirme, nunca”.

Las notas de Smoke on the water con muchos bits modernos retumban en el Polideportivo Villa El Salvador de Lima mientras un par de clavas y tres aros van de un lado a otro acompañados por la cautivadora gracia de cinco jovencitas mexicanas. Ese 3 de agosto ya tiene un sitio inolvidable en las memorias del deporte tricolor.

Karen Villanueva, Ana Victoria Galindo, Adriana Hernández, Britany Sainz y Mildred Maldonado dejaron esa burbuja donde se refugian junto a su entrenadora para ultimar detalles previos a una presentación y que las aísla de la competencia. Ese día cerraron la competencia del All around y no supieron nada sobre cómo le había ido a otros equipos. Sólo repasaron una y otra vez lo que debían hacer en la búsqueda de una rutina perfecta.

En dos minutos y 30 segundos quedaron grabadas en la caja de los recuerdos su gracia y calidad para deslumbrar al continente. Al aparecer su evaluación de 24.850 sabían que habían conquistado la cima de su propio Everest. Todos los años y horas de repeticiones y ejercicios fueron recompensados con el primer oro en la historia de esta disciplina por equipos para México.

Fuente: Excélsior

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