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Celebración de Semana Santa no será suspendida

Este año será muy especial dada la contingencia sanitaria que se vive


Por: Raymundo León

La celebración de la Semana Santa no será suspendida, pero se realizará de otra forma: los sacerdotes celebrarán los oficios estrictamente litúrgicos, sin presencia de fieles laicos, con ritos breves y acompañando a las familias en sus hogares a través de los medios de comunicación y por medio de las plataformas digitales disponibles.

José Manuel Suazo Reyes, director de la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, informó que del cinco al 12 de abril, conforme al calendario litúrgico de la Iglesia Católica, se celebrará dicha semana, que será muy especial dada la contingencia sanitaria que se vive.

“Dado que nuestros feligreses no podrán hacer acto de presencia en estas celebraciones, las podrán seguir por la radio, en algunos casos por la TV y en la mayoría de las veces por las redes sociales; son ya muchas parroquias de nuestra diócesis que están adaptándose con mucha creatividad ante esta situación de contingencia sanitaria. La Iglesia no abandonará a sus feligreses, ahora fortalece otros medios de comunicación”, dijo el sacerdote.

Se viven tiempos difíciles que han llevado a pensar en lo más valioso que tiene una persona, el valor sagrado de la vida humana; “a darnos cuenta que nuestra vida es muy frágil y que somos corresponsables unos de otros; también nos damos cuenta de que nos necesitamos y de que no podemos vivir aislados; en estos días de la llegada de este virus, estamos reconociendo el valor de la familia; la familia es el lugar más seguro a dónde acudir y refugiarse”.

Deseó que la celebración de la Semana Santa refuerce la espiritualidad para sanar también el corazón y la mente de todas aquellas cosas que también destruyen el interior y que la cruz de Cristo libre a todos de los signos de muerte que acechan.

Recordó que la Semana Santa se abre con la celebración del Domingo de Ramos de la pasión del Señor y que esta celebración contiene dos grandes momentos. El primero es la conmemoración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y el segundo proclama la narración de la pasión Jesús.

El primer momento es un momento de júbilo y alegría; el segundo, en cambio, es un momento de profunda reflexión en el que se nos invita a escuchar con mucha devoción lo que sucedió en los últimos días de la vida de Jesús aquí en la tierra.

Indicó que el Triduo Pascual comienza el jueves santo con la misa de la cena del Señor y concluye con la vigilia pascual el sábado santo. El triduo pascual celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La misa de la cena del Señor que se celebra el jueves santo por la tarde-noche, recuerda la institución de la Sagrada Eucaristía y del Orden Sagrado. Es también una ocasión para meditar en el servicio a los demás movido por el amor al prójimo. “El jueves santo –dijo–, Jesús celebró la primera Eucaristía, nos dejó su cuerpo y su sangre para nuestro alimento y confirió la autoridad a sus apóstoles de poder celebrar la santa misa. El viernes Santo, recordamos la muerte de Jesús. Ese día la Iglesia no celebra el Sacrificio eucarístico, sólo distribuye la sagrada comunión. La celebración litúrgica se le conoce como la celebración de la pasión del Señor que tiene tres grandes momentos a saber: la liturgia de la palabra, la veneración de la cruz y la sagrada comunión.  El sábado santo celebramos la vigilia pascual, es la celebración con la que se culmina la pascua. La vigilia pascual es la vigilia más importante del año litúrgico porque en ella celebramos la Resurrección de Jesús el misterio central de nuestra fe. La vigilia pascual contiene también varios momentos importantes a saber: el lucernario, la liturgia de la Palabra, la liturgia bautismal y la liturgia eucarística”.

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