Veracruz

Consensos Políticos


Por Aquiles Franco

“Hay que dar hasta que duela, y aun doliendo, seguir dando”, reza el conocido refrán, pero que en la práctica muy pocos aplican y menos los políticos.

A muchos les da el síndrome del azadón: “todo pa acá”; por ello, la clase política no goza de las simpatías del grueso de la población, porque sólo en tiempos electorales se le acercan, se les ve dándose baños de pueblo; sólo así son amables e interesados en los problemas de la gente que buscan representar.

Encontrar a un político verdaderamente comprometido y apegado al ciudadano común y corriente, aquel que a diario trata de salir adelante sin esperar nada de sus gobernantes porque sabe que no recibirá ni el saludo; es como encontrarse con un “garbanzo de a libra”.

Ni en los pueblitos los políticos conservan su humildad y cercanía ciudadana. Apenas tienen salarios y uno que otro beneficio bien habido o bajo el agua, lo primero que buscan en contar con mejores viviendas que sus gobernados y, bueno, eso no es malo ni aspiracionista, es justo y qué bien que lo inviertan en donde habitan con sus familias.

Es malo cuando esas casitas se ubican en fraccionamientos de alta plusvalía en las urbes vecinas, porque cambiaron el huarache con suela de llanta uniroyal por la Cheyenne. Ya ven a sus paisanos y casi parientes, por detrás del hombro, con soberbia y desinterés a sus problemas.

Es un mal que prevalece en todos los rincones de México. Usted lector, sabrá quienes encajan en esta descripción.

Para encontrar algo diferente hay que rascarle, porque no todos siguen el ejemplo del presidente López Obrador, de privilegiar ese contacto con los ciudadanos, claro ahora con las reservas de su investidura, pero su esencia no se pierde. A ras de suelo y escuchando al pueblo, dice ciertamente quien goza de la mayor popularidad y respaldo ciudadano en México.

A diario lo repite pero parece que muy pocos personajes locales le hacen caso. En el Congreso de Veracruz hay dos que destacan por reunir estas características: Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Jucopo de la Legislatura; Janix Liliana Castro Muñoz, del Distrito 24 de San Andrés; José Magdaleno Rosales Torres, del Distrito local 17 de Medellín de Bravo, y Marco Martínez Amador, del Distrito local del Distrito 27, de Acayucan, son algunos de los más notables.

En esta entrega, haremos una pequeña cita sobre José Magdaleno Rosales Torres, mejor conocido como Maleno o Leno Rosales allá en sus feudos en Medellín, Purga y Soledad.

Este ilustre personaje no niega su origen humilde; está orgulloso de ello, de su terruño, del lugar donde creció y en el que pasó gran parte de su vida. Siempre vuelve en su vehículo sedán, no en las camionetas Hilux que hoy están muy de moda entre los políticos.

Tiene un gran dominio de sus redes sociales desde donde emite pronunciamientos firmes, comparte sus recorridos, sus gustos por la comida tradicional, sus actividades, como prestar maquinaria para reparar caminos, equipo que no renta al pueblo, por el contrario, se lo facilita a cambio de que pague el combustible y cubra algunos apoyos menores como los alimentos de los operadores.

En nuestra cultura, compartir el taco, los alimentos pues, es parte de nuestra forma de ser; las comunidades se organizan y los comparten con afecto.

Y bien, pues Maleno Rosales en esta segunda oportunidad que tiene como legislador, porque el pueblo lo reeligió en voto directo en las urnas, se ha convertido en un gran gestor de las necesidades del pueblo. En cada municipio tiene el pulso de lo requerido por las familias, de los problemas que afectan su desarrollo y se ha dado a la tarea de buscar soluciones.

En esta ocasión sólo mencionaremos tres de ellos: el primero y muy importante para las familias campesinas es conseguirles fertilizantes con subsidio de hasta el 50 por ciento de lo que valen en los comercios formales y se los lleva casi hasta sus casas. No es menor este apoyo porque ya un bulto de 50 kilogramos supera los mil 500 pesos, pagar cerca de la mitad, es una gran ayuda.

Su segunda acción destacada tiene que ver también con los insumos y herramientas agrícolas, que también consigue a precios subsidiados, a través de acuerdos con asociaciones civiles, fundaciones y fabricantes; a través de sus Exposiciones Agrícolas lleva motobombas, aspersoras manuales, herramientas variadas, necesarias para las actividades culturales en las parcelas.

Y la tercera es la entrega de tinacos para almacenaje de agua tanto en las cabeceras municipales como en las comunidades, pues este año ha sido de una fuerte sequía que merma las fuentes de abasto para consumo humano o actividades propias de los hogares y del campo.

Han sido más de 400 las familias beneficiadas a través de la fundación Mariana Trinitaria con la que Maleno Rosales logró un acuerdo para subsidiar el costo de los tinacos.

Maleno o Leno Rosales, sin duda, es un ejemplo de que -buscando los consensos con los diversos actores- se pueden construir estrategias de apoyo al pueblo. Más de un diputado o diputada debería aprender de su gran convicción por respaldar a la gente, sin distingo partidista, y de cómo hacer política en tiempos de austeridad.

El nombre de Maleno suena fuerte para el 2023, el gran trabajo a ras de suelo y con la gente, sin temor a dudarlo, le dará buenos frutos en lo inmediato. Hay Maleno para mucho… Al tiempo…al tiempo..!

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