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Galardonan a Rudomín y a León-Portilla con el Premio de la FIL del Politécnico

Los académicos, Premio Crónica, son los primeros en recibir el reconocimiento de la feria literaria en sus categorías Ciencia y Humanidades, respectivamente


El biólogo Pablo Rudomín y el historiador Miguel León-Portilla recibieron el Premio FIL-IPN, acto que marcó el inicio de actividades de la Feria Internacional del Libro del Instituto Politécnico Nacional.

El premio, que es entregado por primera vez, está dividido en dos áreas: Ciencia y Humanidades, en la primera le fue entregada al biólogo, fisiólogo y neurocientífico Pablo Rudomín, investigador del Cinvestav-IPN, por sus aportaciones en cuanto a los mecanismos del control central de la información transmitida por las fibras sensoriales en la médula espinal.

Rudomín Zevnovaty dijo que desde que estudió en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, fue “infectado con el virus de la investigación”, que llegó a partir de los conocimientos que le brindaron sus profesores, como Ramón Álvarez-Buylla, además de la influencia  que tuvieron sobre él personalidades como Arturo Rosenblueth, a quien conoció en el Instituto Nacional de Cardiología.

“Es en el Politécnico, aquí, donde he desarrollado gran parte de mi obra científica en colaboración con otros colegas y sobre todo con mis estudiantes. Hacer ciencia es preguntar y buscar respuestas que formulen otras preguntas. La búsqueda continua de preguntas y respuestas ha sido y sigue siendo para mí una aventura excitante. Mi pasión ha sido el entender el lenguaje de las neuronas y cómo interaccionan entre sí para generar percepciones, sensaciones y movimientos voluntarios”.

El investigador del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav y Premio Crónica, recibió el reconocimiento de manos de Mario Alberto Rodríguez, rector del IPN, quien encabezó el acto junto con Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM; Saing-il Kim, embajador de Corea del Sur en México; José Carreño Carlón, director general del Fondo de Cultura Económica; Salvador Hernández, rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, y Carlos Anaya Rosique, presidente de la Caniem.

El también Premio Crónica comentó que otra de las razones por las que es importante el galardón, se debe a que él es “producto de la educación pública y de mi labor por contribuir a la formación de investigadores comprometidos con la sociedad. Estoy convencido que la educación del conocimiento de nosotros y del entorno, son elementos indispensables para construir una sociedad más justa e incluyente en lo social y en lo económico”.

Por otro lado, Mario Alberto Rodríguez, director general del IPN, indicó que la feria se consolida como uno de los eventos de mayor trascendencia en la Ciudad de México, además de ser un encuentro librero en el que se “enaltece nuestra actividad cultural y editorial”.

Después, funcionarios hicieron el corte de listón, para así abrir paso a la feria que se extiende a lo largo del Centro Cultural Jaime Torres Bodet, en donde estará hasta el 9 de septiembre, tiempo en el que se podrán apreciar más de 700 sellos editoriales, independientes y comerciales, así como libros de viejo y de instituciones públicas, además de stands, entre éstos el de Crónica, donde los visitantes podrán tomarse fotos y generar la portada de un ejemplar en miniatura que les será entregado.

En su primera edición, el premio FIL-IPN le fue entregado al filósofo e historiador Miguel León-Portilla, quien con singular alegría dijo que era un honor recibir el galardón, para después invitar a las nuevas generaciones a adentrarse al universo de las lenguas originarias, mismas que en algunos casos, corren riesgo de extinguirse por la falta de uso.

Humanidades.“Una disculpa por estar sentado, pero tengo mucha juventud acumulada. Desde hace 61 años soy catedrático en la UNAM, trabajo diario y seguiré haciéndolo hasta que ‘estire la pata’”, indicó León-Portilla, quien también habló sobre los profesores de su vida: Ángel María Garibay y Manuel Gamio.

León-Portilla también agradeció a su esposa, quien lo ha acompañado “en la felicidad y en la desgracia”. Además, envió un mensaje a las jóvenes generaciones sobre el valor que tienen las lenguas originarias, pues son un legado que identifica a México.

“Las lenguas originarias son maneras diferentes de concebir el mundo, porque para pensar usamos el lenguaje, entonces la lengua es la portadora de nuestro pensamiento y México con tantas lenguas es un tesoro que hay que impedir que se acabe”.

El historiador y Premio Crónica añadió que lo que está haciendo falta es la promoción de las lenguas, “hacer que la gente se convenza de que ahí, en esas lenguas, vive un tesoro”, aunque, aparte de eso, en México existen otros problemas.

“Las lenguas originarias se marginan por discriminación, hay en México de diversos tipos de discriminación. Los indígenas son unas de las víctimas, es una tarea pendiente que hay que trabajar con  el gobierno entrante”.

León-Portilla comentó que las secretarías de Cultura federal y de Educación, así como el Inali, entre otras, son dependencias que deberían sumar esfuerzos para difundir y promover las lenguas originarias; sin embargo, el problema se extiende hasta cuestiones legales.

“Hay una legislación y se dice que México es un país plurilingüístico, por ejemplo, en la Casa de los Escritores en Lenguas Indígenas, queremos que se ofrezcan servicios de traductores, porque hay procesos legales, pero los involucrados no cuentan con traductores y es importante la defensa en sus lenguas”.

En materia de educación, Miguel León-Portilla comentó que ha habido avances, aunque “espero que este nuevo gobierno ponga gran énfasis en ello”, lo cual no ve como imposible, pues recordó que cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, “hizo atender a pueblos indígenas. Ojalá que en Poli también se impartan cátedras de lenguas indígenas”.


El Corresponsal, en el lugar de la noticia.

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