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“Me acosaron en un ADO”

El sujeto se bajó en Cosamaloapan y los choferes “no le dijeron nada”


Por: Oswaldo Ceballos

Xalapa, Ver.- “El desgraciado se hacía el dormido para acariciar partes de mi cuerpo”, así comienza el relato de Nataly Guerrero quien está segura que no es la única mujer que ha recibido este tipo de acosos por parte de este hombre que viajó en la misma unidad de Autobuses de Oriente (ADO).

Los hechos ocurrieron la noche del miércoles 15 de enero de 2020 cuando se trasladó de Ciudad del Carmen, Campeche al puerto de Veracruz en el autobús con número 0036 de la corrida de las siete de la noche con 30 minutos, “fui a comprar mi boleto y pedí el 33 porque estaba desocupado el lugar del acompañante, mi compra la hice quince minutos antes de que saliera el camión”.

El sujeto en cuestión estaba cerca de Nataly cuando guardaron las maletas en la unidad, “subí y fui hasta mi lugar y me senté en la ventanilla… cuando veo este señor se sienta al lado mío y se me hizo muy extraño”.

“Dije, caray qué mala suerte tengo, lo acabo de comprar e iba toda esta parte vacía de los demás asientos y este señor vino
a comprar justamente al lado mío”.

Continúa su relato, “quiero aclarar que no venía vestida provocativamente, iba cómoda con un pantalón de mezclilla, una blusa manga larga y tenis, me tapé con una pashmina y me acomodé para dormir un poco, de repente siento que ese hombre movía mucho el brazo y me empezaba a tocar, según él estaba dormido”.

Nataly asegura que se movió para mostrar su incomodidad y el acosador dejó por un momento de tocarla.

Pero, “pasó muy poco rato cuando volvió hacer lo mismo pero esta vez ya veo que mientras movía su brazo él estaba frotándose sus partes el maldito degenerado”.

Lo primero que hizo ella fue tomar una bolsa con documentos para ponerlos justo en medio de los dos, “se seguía haciendo el dormido”.

Se encontraba inquieta durante todo el trayecto, la situación era tensa pero ya no había más movimientos incómodos para ella.

“Llegando a Villahermosa me paré del asiento y me sentía muy nerviosa, hasta olvidé mis cosas del lugar porque temía que me fuera a tocar más… fui con el chofer para contarle lo que me estaba pasando y me preguntó que en qué lugar iba, le dije que en el 33 y el tipo en el 34”.

Acto seguido, el acosador se baja del autobús, probablemente al baño.

“Decido sentarme en el lugar 3, justo detrás del chofer para mi mayor seguridad… el conductor me comenta que mi asiento no llevaba ningún acompañante, ¡que el lugar 34 no lo compró nadie!”.

Esa noticia provocó más temor en ella, “él se fue a sentar con la intención de tocarme, de acosarme y molestarme… después el chofer bajó a decirle que tenía que tomar su lugar que había comprado y no el 34, luego se dirige a mí y me comentó que si yo quería podía ir a sentarme al 33 pero no accedí, no con ese tipo rondando en esos asientos”.

Nataly conservó el asiento 3, el acosador subió al autobús y tomaron rumbo a Coatzacoalcos, allí hay cambio de chofer.

“Cuando hubo nuevo conductor fue y se sentó atrás de mi lugar, cerca venía otra mujer dormida con una sábana, ahí sentí que tenía la intención de intimidarme”.
El chofer anterior subió a hablar con su relevo, momento en el cual Nataly aprovechó para señalar al acosador que había brincado otra vez de lugares para estar cerca de ella.

“El relevo también le dijo que tomara su lugar, la siguiente parada fue en Cosamaloapan donde el pinche viejo se bajó en su destino y se fue como si nada”.

Y eso es algo que igual molestó a Nataly, “nadie le hizo ni le dijo nada por el acoso, la única indicación fue que tomara su lugar, si supieran la impotencia que sentí, el miedo; ver que personas como esas nadie les dice nada ni los encaran… mínimo que lo bajaran del autobús”.

Confiesa, “de allí no sé qué es lo que procede o qué puede hacerse, pienso en cuántas mujeres como yo pasan por esto y no dicen nada… sentí miedo de que el viejo loco no solo me fuera acariciando sino que me diera un golpe e intentara algo más”.

La descripción del sujeto es que se trata de un tipo “alto, moreno, fornido de cabello rizado como de 1.75 de estatura, de 45 años aproximadamente, ojos pequeños y sin barba”.

En este tema, el pensamiento que además le queda a Nataly después de ser acosada en el interior de un ADO, es que a cuántas mujeres más les ha hecho lo mismo este mismo sujeto que no ha sido identificado.

Por ello, se hace hincapié que las mujeres no están solas, y en momentos como este de tanto temor, hay situaciones que pudieran ayudarlas a quitarse del peligro o defenderse pero que se olvidan por el momento.

“Este tipo de hombres no deben andar así en la calle, son acosadores y les gusta intimidar a las mujeres, no se vale”.

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