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Suspensión de actividades escolares puede ser adverso para niños con autismo

Se pronostica que el estrés del confinamiento en casa puede ser considerable


Por: Raymundo León

Ampliar el periodo de Semana Santa con el propósito de aislamiento y no de vacaciones es una medida sensata; sin embargo, esta situación puede resultar adversa para los niños con autismo, asegura Jorge Manzo Denes, director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana

“El coronavirus ha modificado súbitamente nuestra costumbre de vida. La higiene, los saludos, etc. Ahora, la SEP adelanta y amplía el periodo de Semana Santa con el propósito de aislamiento, no de vacaciones, lo cual me parece sensato”, señala el académico universitario en su cuenta de redes sociales.

Sin embargo, una acción en la que la mayoría responde con aceptación para los niños y jóvenes con autismo este cambio de hábito puede resultar adverso. Las personas con autismo, indica, tienden a mantener una rutina estable y los cambios súbitos de la misma los llevan a diferentes niveles de estrés. Y si la rutina que tienen incluye ir a la escuela o salir del hogar, se pronostica que el estrés del confinamiento en casa puede ser considerable.

“Ante la pregunta que he recibido de algunas mamás sobre qué hacer, sólo puedo dar dos recomendaciones producto de nuestra investigación con niños en el espectro. La primera es evitar la conducta sedentaria y promover la movilidad corporal con juegos, pelotas, saltos, bailes y todo lo que se le ocurra para que en determinados momentos del día se muevan dentro de casa. La segunda es que al menos una vez al día se escuche en casa, aunque los niños no pongan atención, la Sonata K448 de Mozart a un volumen de 75 decibeles (hay aplicaciones gratuitas para celulares que miden decibeles de sonido ambiental)”, expresa el director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana.

Ésta es información, revela, que todavía no se ha publicado porque es la tesis aún en proceso de su alumna de doctorado Jennifer Martínez, pero que la resume porque puede ser de ayuda en este momento.

“Hemos encontrado que escuchar la Sonata disminuye la frecuencia cardiaca y presión arterial en niños con autismo, lo cual podría ayudar a reducir el estrés; la investigación muy seria que Jenny ha hecho con los niños es bastante significativa. La razón del porqué el efecto de la Sonata de Mozart, aún no la sabemos, pero funciona. Aprovecho para volver a compartir mi idea sobre estimulación auditiva, en el artículo de Billie Jean que publiqué en mi blog a finales de 2018”, refiere.

El mencionado artículo se puede leer en el siguiente enlace:

https://www.uv.mx/personal/jmanzo/2018/11/25/billie-jean/?fbclid=IwAR0O2sKz_bklylxJmTXIkWML2klKHPgovjABe0gxSB881of1UqjP7aboUhw

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