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Matemáticas del coronavirus hacen creer que no debe haber alarma

Monedas de personas infectadas pueden contagiar a otras


Por: Raymundo León

Jorge Manzo Denes, director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana, afirma que ante la aparición del coronavirus en el país todos “debemos preocuparnos”.

Mediante su cuenta de redes sociales, el académico universitario manifiesta que las matemáticas del coronavirus han llevado a muchas personas en redes sociales a decirle a sus contactos que no se alarmen ahora que el virus llegó a México, que hay muchas más muertes por otras actividades de nuestra vida diaria.

“Yo creo que sí debemos preocuparnos; y mucho. Estoy de acuerdo que la proporción de muertes por coronavirus es baja en comparación a otros factores, pero hay un detalle: el virus trae matemáticas adicionales que debemos considerar, entre ellas está la función exponencial”, indica.

El especialista en el desarrollo de las neurociencias refiere que está de acuerdo en que no se debe entrar en pánico, pero que es necesario estar muy atentos y no bajar la guardia. Hay que hacer acciones para eliminar la función exponencial de las matemáticas del coronavirus, y el único camino que se tiene ahora es la prevención, afirma.

“No entraré en detalles técnicos, sólo resumo en breve lo que ya ocurrió. El coronavirus se detectó a finales de diciembre en la ciudad de Wuhan, China; esto es, hace apenas dos meses. Ahora se encuentra disperso en el mundo de acuerdo al mapa que aquí anexo, indicando que la dispersión, infección y potencia de mortalidad que el virus ha mostrado en solamente dos meses, puede llegar a ser devastador en un solo año si hacemos un breve análisis exponencial: de una persona infectada en diciembre a 86,000 a finales de febrero ¿cuantos habrá en los próximos dos meses? ¿y a finales de año? Y como no hay medicamentos para hacerle frente, no queda más que volver a insistir seriamente en que debemos de cuidarnos nosotros mismos”, expresa.

Jorge Manzo llama la atención en el sentido de que si la saliva de una persona infectada cae sobre un metal, plástico o vidrio, el virus puede permanecer ahí activo hasta por nueve días (se me ocurre pensar en el metal de las monedas o de los cubiertos en un restaurante). “Otra persona que en ese periodo ponga su mano en esa superficie se convierte en portador. Que el virus esté en la mano no hay ningún problema, menos si las lavamos frecuentemente como están sugiriendo. Sin embargo, de manera natural hacemos movimientos constantes de las manos, y en promedio en una hora nos tocamos 20 veces la cara. Si nos tocamos la boca, la nariz o los ojos siendo portadores, entonces podemos auto-infectarnos ya que son puertas de entrada para el virus”, manifiesta.

En adición a todas las recomendaciones, dice el académico universitario, ésta es otra especial: se tienen que limpiar adecuadamente todas las superficies que agarramos. Los líquidos con cloro o alcohol o agua oxigenada, han mostrado mucha efectividad para eliminar a los virus latentes en todas estas superficies.

El director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana informa en su cuenta de redes sociales que la Organización Mundial de la Salud publica constantemente acciones de protección que se pueden leer en el enlace: [https://www.who.int/…/emerg…/diseases/novel-coronavirus-2019].

Por otro lado, dice, también se están publicando artículos especializados sobre la sobrevivencia de esta familia de virus no en personas, sino en diferentes superficies.

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