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Carlos Muñoz, blaugrana y poblano

El exdelantero recuerda su paso por el Barça de Menotti, aquellos entrenamientos con Maradona, sus éxitos en el Oviedo; dice que añora al Puebla, equipo que lo trajo a México y con el que salió campeón de goleo


Carlos Muñoz Cobo (Úbeda, España, 1961) vivió en una montaña rusa en el futbol mexicano. Se consagró como el primer campeón de goleo en la historia del Puebla y el primero en torneos cortos con 15 anotaciones, en el Invierno 96, con los entonces Ejecutivos de la franja naranja. También en este futbol sufrió una terrible fractura de nariz por un codazo de Edgardo Fabián Prátola, del León. En abril de 1997 enfrentó una amenaza de sanción tras ser acusado por una agresión al árbitro Gonzalo González.

Su historia inició en las fuerzas básicas del Barcelona. Durante tres años fue el mejor goleador local en el futbol español, tuvo un paso perfecto con su selección con seis anotaciones en seis partidos, pero esas credenciales no fueron suficientes para que lo convocaran al Mundial de Estados Unidos 1994.

En confinamiento por el COVID-19, el tercer mejor goleador en la historia del Oviedo, con 93 tantos, recuerda su paso por el futbol mexicano. Lamenta la desaparición de la Liga de Ascenso, en la que también jugó.

¿Se extraña el futbol en estos momentos?

Mucho. Se extraña el futbol y sobre todo que puedas salir, ir al gimnasio, ir a cenar con la familia y tomar una cerveza en el bar con los amigos. Se extrañan tantas cosas que al final el futbol se queda en tercera o cuarta posición de importancia.

¿Piensa que la Liga de España se pueda reanudar pronto?

Lo veo difícil. Lo que ha dicho el gobierno es que se puede empezar a entrenar con precauciones. El futbol sin público se puede jugar un partido, pero en este caso aún quedan muchos. Va a ser muy complicado llevar esto a buen puerto, pero, si no hay otra alternativa, a lo mejor se hace a puerta cerrada. Tengo mucha incertidumbre de lo que pueda pasar.

¿Qué le dice que en México dejara un buen recuerdo por su paso con el Puebla?

Añoranza en el sentido de que yo también extraño mucho a Puebla y México. De cómo llegué ahí y la cantidad de amigos que tengo. Una añoranza que siempre está en la mente. Hace poco fui en el 74 aniversario del equipo y fue una tremenda alegría por la atención que recibí.

Usted ha sido el único campeón de goleo del Puebla.

A nivel individual fue un año maravilloso, con dificultades en el sentido de que la gente estaba un poco reacia para ir al estadio, porque se había cambiado la franja, de la azul a la naranja, había cambiado la insignia del lado derecho al izquierdo, pero creo que hicimos un gran grupo y conseguimos que la gente volviera al estadio.

Aquel Puebla peleó por el descenso, clasificó a la liguilla.

Fue un cúmulo de circunstancias. Se generó una buena plantilla, en la que todos éramos amigos. Siempre he dicho que en futbol mexicano hay cosas que no se pueden entender, no son lógicas. Cuando teníamos una gran plantilla de la noche a la mañana desaparece todo. Ese año jugamos liguilla, pero al año siguiente todo fue catastrófico.

También vivió episodios amargos en México.

Recuerdos malos, creo que sólo fueron dos, uno en una jugada en la que Prátola, que en paz descanse, me puso la nariz en la oreja en el campo del León. Otra, que un árbitro fuera capaz de denunciar que yo lo había agredido y me querían suspender un año, pero luché. Era injusto, porque era mentira.  Luego entendí por qué podría haber sido, y es que había hecho declaraciones contra Televisa y al final de cuentas me cayeron ocho partidos. Al final, ese árbitro no pitó más.

¿Lo vio como una venganza por sus declaraciones?

Creo que sí, al final fue algo que tuve que pagar, porque los árbitros me perseguían mucho, siempre estaban chinchándome y simplemente lo que dije fue lo que sentí en ese momento, que cuando jugamos la semifinal contra el Necaxa nos habían perjudicado. En aquella época Televisa era mandataria del futbol mexicano. Cometí el error de ser un poco sincero.

Usted convivió con Maradona en el Barcelona.

Fue al inicio de mi carrera, en las fuerzas básicas del Barcelona, cuando Menotti estaba de entrenador me llamó al primer equipo, fue algo sensacional que nunca te imaginas. Años atrás estabas viéndolos como tus ídolos y luego estás con ellos en el vestuario. Tuve la suerte de estar con Maradona y Schuster, entre otros grandes jugadores del Barcelona.

¿Algún recuerdo especial con Maradona?

Cuando terminábamos los entrenamientos, Maradona se quedaba con Quini, quien se ponía de portero. Maradona tiraba y le decía a Quini: “La voy a meter en el palo” ¡Y lo hacía! Yo decía: “¡Cómo es posible que pueda hacer esa maravilla!” Me quedaba alucinado, viendo cómo le pegaba al balón. Un momento especial fue cuando se marchó a Nápoles, lo primero que hizo fue despedirse de los chavales que estábamos ahí, para mí fue el mejor futbolista que haya visto.

¿Qué recuerda de César Luis Menotti?

Me subió al primer equipo, pero lo echaron del Barcelona. Luego yo estaba en el Oviedo y él llegó al Atlético de Madrid y pide que me fiche el Atlético, pero luego también lo echan. Era un fenómeno, la forma de hablar y convencerte.

Se habló de que usted debió ir a Estados Unidos 1994.

Otra injusticia, creo que fui el único futbolista que fue máximo goleador en su país y que no fue a un Mundial. No fui porque Javier Clemente quería que me quedara en el Atlético, pero decidí irme al Oviedo. Luego me la cobró con creces.

Pero el destino lo llevó a ser uno de los ídolos del Oviedo.

¿Quién lo iba a decir? Tres años seguidos fui el mejor goleador español sólo por debajo de Hugo Sánchez, Romario, Polster… fueron años maravillosos en los que siempre estuve como máximo goleador nacional. Fui parte de la historia del Oviedo.

¿Sigue al futbol mexicano?

Mi mujer me tiene loco porque me dice: “¡Cómo que son las cinco de la mañana y te pones a  ver futbol!”. La mayoría de los partidos los veo porque el horario me favorece, y si no, al día siguiente los veo en YouTube. La verdad es que sí los sigo y sobre todo sigo al Puebla.

¿Se enteró de la desaparición de la Liga de Ascenso?

Sí, es un golpe fuerte para el futbol mexicano. Se va a dejar de trabajar en esa categoría y eso va a perjudicar mucho al futbol mexicano porque perdió esa competitividad sin ascenso ni descenso. La Primera A será como una liga de aficionados.

Usted jugó con Lobos BUAP, debe tener un cariño especial por este circuito.

Dejo de jugar en el Puebla cuando vuelvo de vacaciones de España, porque ya estaba (Raúl) Cárdenas, que en paz descanse, como técnico, y decide firmar a cinco yugoslavos y yo me quedo fuera. Entonces firmo con Pachuca, pero me regreso a España y luego de unos meses vuelvo de vacaciones a Puebla y Lobos BUAP me contrata. Estuve ahí dos años maravillosos en la Primera A. Fui máximo goleador, el equipo tenía la ilusión de ascender. Con el tiempo tuve la suerte de ser entrenador interino de un partido de Copa con el Puebla y ganamos en el campo de Lobos. Para mí haber dirigido ese partido entre los dos equipos en los que había jugado es algo que llevo en el corazón.

Fuente: Excélsior

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