Es posible seguir su dirección a través de los vestigios aún existentes
Por: Mario Rafael León
En el día séptimo de su caminata, Mario Gaspar Cobarruvias, organizador de la expedición “500 años de la segunda ruta de Hernán Cortés: de Villa Rica a Xicochimalco”, informa que el sendero del camino viejo de Cortés, nombre con que también se conocía al Camino Real viejo de Veracruz a México en el siglo XIX, se ha perdido por la urbanización, pero es posible seguir su dirección a través de los vestigios aún existentes: dos muros de contención enormes que sostienen la calzada en su ascenso a una meseta de 30 metros de altura, paralela a la carretera libre a Xalapa. La meseta mide casi tres kilómetros de largo y 500 metros de ancho en su centro, posee una composición y suelo de dura roca caliza con una capa orgánica no muy profunda, lo que hizo innecesario construir un empedrado, limitándose a un camino de herradura.
“Recorrimos también uno de los caminos laterales que conducen al borde de la meseta con vista panorámica hacia el oriente. Al llegar al llamado ‘Campo Bromelia 3’, donde se pierde el sendero por un sembradío de estas plantas, nos desviamos al este para explorar otros sendero, que nos llevaron con algunas dificultades por las alambradas, cornizuelos y árboles muertos hasta el espacioso camino de bajada de la meseta, lejos de la selva que la cubre y dónde la lluvia nos acompañó por lo menos hasta la mitad del camino”, manifiesta.
El descenso de la meseta, indica, fue rápido y se pudo apreciar el Cerro Gordo y el cerro vecino La Atalaya desde el flanco del Camino Real viejo, donde las armas mexicanas fueron victoriosas el 18 de abril de 1847, obligándose a rendirse cuando el centro y lado izquierdo del dispositivo militar fueron vencidos, cortándose, además, la cadena de mando.
“En un tiempo de tres horas y media, llegamos al cruce donde se unen los caminos reales viejo y nuevo frente al Cerro Gordo. Se tomaron muchas fotografias y videos. Con esto cumplimos el objetivo del día, en que se conmemora el paso de Cortés por el Xicochimalco Viejo de 1519, tal como el 19 se conmemoró su paso por Xallapan. Su travesía por esta región y la meseta fue en el trascurso del 17 de agosto, en que salió de Itzcalpan (La Rinconada) rumbo a Pangololotlan (Plan del Río) y Cerro Gordo. Este cruce, el tercero para mí este año desde que redescubrí la ruta entre ambos pueblos por la meseta, no sólo conmemora el paso del ejército cortesiano, sino demuestra también que esta clase de obstáculos naturales no eran barrera infranqueable para europeos aclimatados al calor y experiencia bélica en las selvas centroamericanas del Darién. La posterior colonización del Camino Real en esta región aparentemente tan adversa al estilo de vida europea, confirma muchos aspectos de esto”, manifiesta.
