-Veracruz

Este uno de noviembre, la Iglesia Católica celebra a Todos los Santos

Se invoca no sólo a los santos canonizados, sino también a todos aquellos que no se conocen o que no se mencionan


Por: Mario Rafael León

El día uno de noviembre se celebra en la liturgia de la Iglesia Católica a Todos los Santos. Los santos son todos aquellos que ya gozan de la visión beatífica y viven en plena comunión con Dios en el cielo. En esa celebración se invoca no sólo a los santos canonizados que aparecen en el calendario litúrgico, sino también a todos aquellos que no se conocen o que no se mencionan pero que también han alcanzado la santidad.

La Arquidiócesis de Xalapa informa esta noche que sin duda son innumerables todos los cristianos y cristianas que han sido fieles y perseveraron en la gracia bautismal y que siguieron a Cristo con amor, tal vez de un modo silencioso y discreto y que se encuentran con él en la gloria y en la alegría del cielo.

“Los santos vivieron en grado heroico las virtudes cristianas; la Iglesia nos los propone como modelos seguros para llegar a Dios y por otra parte como nuestros firmes intercesores ya que siendo amigos de Dios, gozando de su cercanía y participando de la comunión con él, nos pueden alcanzar gracias abundantes”, dice el comunicado especial.

Ciertamente, la idea de santidad sólo se comprende desde Dios, dice la Arquidiócesis. Dios es el único santo, y porque él es santo a él se le debe todo el honor y la gloria; a él la alabanza y la adoración. “La Biblia nos dice: ‘sean santos, porque yo Yahvé su Dios soy Santo’ (Lv. 19, 2) Y los querubines repiten santo, santo, santo (Is. 6, 3). Por medio de Jesucristo, Dios nos ha participado su santidad; él es el que nos santifica. En este sentido, la santidad de las criaturas es una participación en la santidad de Dios. El culto que damos a los santos es el culto de la veneración. La adoración la reservamos sólo para Dios”.

Dios no se resigna con la condición humana muchas veces penosa y humillada. Él quiere a seres humanos dichosos y felices, “por eso nos llama a ser santos”.

“Las bienaventuranzas que nos propone Jesús en el Evangelio (Mt. 5, 1-12) nos muestran el camino que ha recorrido Jesús y todos los santos para llegar al cielo. Las bienaventuranzas nos muestran el ideal de la vida cristiana. Son como la carta magna que el cristiano tiene para alcanzar la santidad”, expresa el comunicado.

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