-Veracruz

¿Porqué miles de niños no pueden convivir con su padre no custodio y son víctimas de violencia psicológica?

Anticipar y resolver el conflicto entre los padres es imprescindible para lograr niños felices


Por: Antonio Selem

Cientos de miles de niños viven en medio del conflicto entre los padres y se vuelven víctimas de esta forma de violencia psicológica que es irracional y contraria al amor y bienestar que los padres estamos obligados a procurar a nuestros hijos. Esto sucede cuando las separaciones no se logran en un ambiente de madurez, armonía y respeto por el derecho de todos.

Una de las maneras más frecuentes de utilizar a los hijos en estas disputas contenciosas que la mayoría de las veces son motivadas por dinero ó incluso por desequilibrios emocionales, es a través de que el padre que quiere beneficiarse pecuniariamente ó lograr su “venganza”, prácticamente secuestra a los hijos para impedir la convivencia con su otro padre e inicia una serie de denuncias falsas para victimizarse y justificar socialmente su proceder. Ambas
conductas son irracionales, reprobables y delictivas. Pueden evitarse si tomamos medidas preventivas e incorporamos prácticas éticas y contractuales prematrimoniales y aún durante los juicios de separación y divorcio que faciliten la salida y protejan el interés superior del menor.

¿qué es el Conflicto?

El conflicto (1) es quizás la situación que consuma más tiempo, emociones y recursos en los seres humanos y que la mayoría de las veces se produce por la falta de una adecuada comunicación. Cuando se llega a el es porque se han radicalizado las posiciones y se llega al rompimiento.

Si nos detenemos a pensar y comprendemos el origen del conflicto, quizás nos demos cuenta que es una lucha estéril y que está motivada más por la pasión qué por la racionalidad.

No debemos temer a la aparición del conflicto que es parte natural en las relaciones humanas; lo que debemos repensar es la manera más adecuada y eficiente de resolver las disputas al menor costo emocional y social.

¿Qué origina el conflicto en una pareja?

• Las posiciones antagónicas de los padres originadas por diversas causas -que no serán motivo de esta reflexión y son multiconocidas-, llevan a batallas legales que desbordan la capacidad instalada de los juzgados familiares.

• En mucho es producto de las emociones mal canalizadas o acumulación de fallas en la comunicación.

• Existen miles de familias que viven en medio del conflicto. Y esta situación ocasiona a miles de niños -los integrantes más frágiles de la situación- sufriendo por el conflicto entre los padres.

 • Estas disputas que fracturan la célula social más preciada: la familia pero lesionan irreversiblemente el desarrollo psicoemocional de los hijos ya que por lo general, el padre quien tiene la custodia, los utiliza como elementos de chantaje para lograr sus objetivos y derrotar a “su rival”, sin importar el daño que cause a los hijos.

• Por ello es común que el padre o madre custodio, haga todo lo necesario para impedir la libre convivencia entre el otro padre y los hijos, violando el derecho e interés superior del menor.

¿Porqué si los padres decimos amar a nuestros hijos, no los protegemos evitando el conflicto?

El factor que no permite que se dirima el conflicto es el EGO: la vanidad, la soberbia.

En cualquier situación de controversia, las partes están obligadas a ceder para encontrar una mediación que permita terminar el conflicto y otorgue una salida digna a las partes antagónicas.

Pero cuando la posición de una o de ambas partes es “todo o nada” generalmente los pleitos se prolongan por años sin arreglo y sin vencedores. Todos pierden. Pero pierden más los niños.

Los únicos que ganan de estos procesos son quienes lucran porque el conflicto se agudice y se prolongue.

Los padres pueden llegar a separarse o divorciarse -situación ya de por sí muy dolorosa para toda la familia- pero ¿porqué no evitamos que los hijos queden en medio del conflicto?.

Los hijos no se divorcian; ellos quedan en medio y quieren y necesitan por igual de sus padres.

La separación ó el divorcio muchas veces es necesario, ¿pero que hacemos para evitar que los hijos sufran?

La mayoría de las veces las parejas no piensan en los hijos sino en como defenderse y atacar a su ex pareja.

Cuando dos personas deciden casarse ó unir sus vidas piensan que esta situación de armonía y deseos de estar juntos será para siempre.

¿Porque no es en esos momentos de armonía cuando se establece un plan o cláusulas de salida en caso de que las cosas cambien y se hayan procreado hijos que pueden sufrir las consecuencias esa separación inesperada?

¿Qué proponemos para anticipar los conflictos y evitar que afecten a los niños?

1. Establecimiento de cláusulas prenupciales que obliguen a dejar a salvo el interés superior del menor en caso de separación o divorcio. Los padres consienten desde antes del casamiento que no se utilizará a los hijos como instrumentos de intercambio, extorsión o chantaje y que acuerdan someterse al arbitraje calificado de expertos de manera colegiada para determinar la libre convivencia con ambos padres salvo causas de fuerza mayor.

2. Es imprescindible la prevención: los padres deben establecer previamente al conflicto, cláusulas de salida de la relación que deje a salvo la integridad emocional de los hijos.

3. La práctica de las mediaciones como mecanismo de resolución de conflictos debe ser obligatoria y establecer tabuladores de servicios profesionales de los abogados de acuerdo a los estudios socioeconómicos de las partes. No se trata de que los abogados no ganen dinero; se trata de que perciban ingresos por dar soluciones sin incentivar el pleito y no lastimar a las familias, especialmente a los niños.

¿Qué hacer si ya estamos en conflicto?

Preguntemos a los padres: ¿qué es lo que pretenden?. Si no hay claridad en las pretensiones, menos claridad hay en los resultados racionales de una salida con mediación.

Establecer el compromiso de hacer de lado la utilización de los hijos para la consecución de sus pretensiones de las partes en una separación o divorcio.

Las pretensiones deben ser justas y realistas y evitar chantajes, extorsiones, denuncias falsas o lesionar moral y financieramente a la contraparte, entendiendo que las consecuencias las sufren los hijos.

Intentar llegar a acuerdos por mediación. Los abogados pueden cobrar lo mismo y el ahorro en tiempo y desgaste emocional, moral y financiero puede ser muy grande y no dejar secuelas emocionales y patrimoniales que afectaran a los niños.

4. Debe ser obligatorio el que los padres tengan que capacitarse y pasar un exámen que acredite que son aptos para comportarse como “padres profesionales” que velarán. Siempre y únicamente por el interés superior del menor, no obstante sus diferencias personales. Pasar el exámen con nota aprobatoria debe ser requisito para divorciarse. Los cursos pueden ser tomados usando las tecnologías de información por centros de reconocido prestigio.

5. Todos los actores de los procesos jurídico-familiares deberán acreditarse como especialistas en la materia por instituciones que puedan otorgar dichas credenciales.

6. No deben participar en los proceso judiciales familiares aquellos jueces, secretarios de juzgado, psicólogos, fiscales, trabajadores sociales, médicos, peritos, abogados, educadores y o cualquier otro profesionista que no acredite estar capacitado y apto en juicios familiares según sus competencias profesionales. Deberán refrendar su capacidad periódicamente.

Hagamos conciencia de que los padres se divorcian, los niños no.

No podemos permitir que crezca el número de “Niños Divorciados” (NIDI’s) y se engendre más violencia.

No se puede vivir una vida peleando y odiando. Paremos el conflicto Ya!.

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