Los obispos de Veracruz invitan a las familias a vencer la globalización del COVID-19 con la globalización de la oración
Por: Raymundo León
Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Xalapa determinaron que es importante que los templos permanezcan abiertos en los horarios habituales para las expresiones de fe de los fieles en sus visitas al Santísimo y para la oración personal. Al mismo tiempo, manifiestan en un comunicado, se deben mantener las
condiciones de prevención sanitaria y éstas se deben llevar a cabo de manera correcta.
En lo que se refiere a la celebración eucarística, refieren que el sacramento de la Eucaristía, que es el centro y culmen de la vida, cristiana se seguirá celebrando todos los días en los templos para pedir, en comunión espiritual con los fieles, que Dios tenga misericordia de todos en el mundo entero.
“Sin embargo, dada la situación de emergencia sanitaria por el COVID-19, consideramos que es necesario cambiar la modalidad de su celebración y participación para no exponer la salud de nuestros feligreses, especialmente la de los más vulnerables. Por lo tanto, pedimos a todos los sacerdotes que celebren la Eucaristía todos los días en forma privada, a partir de hoy y hasta nuevo aviso, pero teniendo en cuenta las intenciones de sus feligreses y comunidades, así como las necesidades del mundo entero. Por lo anterior, mientras dure esta contingencia, los fieles están dispensados de la obligación de la Misa dominical y de precepto (cfr. CIC 87 §1). Pedimos también que, en la medida de lo posible, estas celebraciones se trasmitan por las plataformas digitales y los medios de comunicación, públicos o privados, para que los fieles se unan espiritualmente a los misterios de nuestra fe”, indican los obispos.
En el documento, los obispos de Veracruz invitan a las familias a vencer la globalización del COVID-19 con la globalización de la oración, ya sea en forma privada, en las iglesias o en los hogares que son una iglesia doméstica. “El camino cuaresmal como camino hacia las fiestas de la Pascua es tiempo de conversión, de penitencia, de ayuno y de oración. Estamos en una gran oportunidad de comprender mejor lo que es adorar al Padre en espíritu y en verdad y de redescubrir el poder de la oración de intercesión mansa y humilde como el refugio y la medicina que cura no sólo las enfermedades del cuerpo, sino también del alma”.
Invitan a las familias y a los fieles cristianos católicos a intensificar la oración con la lectura orante de la Palabra de Dios, el Santo Rosario, el Viacrucis, la Coronilla de la Misericordia, el Ángelus u otras oraciones de su devoción familiar. “En fin, no olvidemos, en todo momento, las dulces palabras de Santa María de Guadalupe: “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, recuerdan.
En el documento dado a conocer esta mañana, los obispos expresan que este tiempo de emergencia sanitaria es un tiempo en el que apremia la caridad hacia el prójimo, especialmente con los más vulnerables ante esta situación y que por lo mismo será necesario que se mantenga, con mucho cuidado, una actitud de solidaridad, desprendimiento y cercanía con la población que vive al día.
Exhortan a todos a mantenerse informados y atender en todo momento las medidas preventivas que recomiendan las autoridades sanitarias para protegerse a sí mismo y a los demás, especialmente ahora que se ha entrado, a nivel nacional, a la fase dos en la que es necesario extremar las medidas de prevención, como el permanecer en casa lo más posible.
“No cabe duda de que el Señor de la Historia nos está dando un mensaje a través de esta pandemia a todos nosotros que somos pecadores, pero amados de Dios a tal punto que nos envió a su Hijo Jesucristo que murió por nosotros y resucitó para nuestra justificación. Pidamos a Dios, que es rico en misericordia, el perdón de nuestros pecados y supliquémosle que, a pastores y fieles, nos conceda la gracia de la conversión”, manifiestan.
Los obispos piden a Dios, por intercesión de Santa María de Guadalupe la conversión de los corazones.
El documento es firmado por el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, y los obispos Rafael Palma Capetillo, Rutilo Muñoz Zamora, Eduardo Cervantes Merino, Eduardo Porfirio Patiño Leal, Eduardo Carmona Ortega, Carlos Briseño Arch, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, José Trinidad Zapata Ortiz, Lorenzo Cárdenas Aregullín, Fidencio López Plaza y Juan Navarro Castellanos.
