“Imagínate todo lo que ha guardado y visto varios espectáculos como el circo, creo que hubo una pista de hielo también un tiempo, la lucha libre, todo eso, imagínate cuántas cosas no han pasado aquí y yo creo que algo debe guardar aquí la Arena México”, cuenta otro luchador entrevistado por este diario, Espanto Junior.
Las leyendas corren de boca en boca por los pasillos, escaleras y butacas. Quienes han pisado este sitio cuentan que antes de ser la Arena México hubo un circo, donde un hombre de baja estatura que era parte del elenco, se suicidó colgándose de una estructura.
Los luchadores y empleados aseguran que su alma se desplaza por las instalaciones, grita y emite alaridos espeluznantes.
Otro caso es el de una niña pequeña que corre por debajo de las gradas como tratando de buscar una salida; se mueve a prisa donde normalmente el público corea a los luchadores en cada espectáculo.
De ella relatan que antes de haberse construido el inmueble, se extravió en el predio baldío y su cuerpo fue hallado después.
“Siempre tienes como que esa sensación de que si volteo y me sale algo o de que alguien te está observando, porque al final de cuentas es un lugar donde guardas energías, vienes, te desestresas, dejas toda la pesadez que traías y pues cuántos luchadores no han pasado por este ring, entonces siento que sí debe de haber algo”, relató Akuma.
“Desde los vestidores sientes una presencia desde que llegas y empiezas a cambiarte sientes esa magia, por así decir, esa adrenalina, las presencias, sentir todas las almas del público cuando estás arriba del ring, creo que todo es un conjunto tanto de otro mundo como de éste”, recordó Espanto Junior.
Los túneles de la Arena México no sólo son sombríos, también se perciben lúgubres, así cuentan quienes aquí laboran día y noche.
Nos internamos en los túneles oscuros que hoy sirven de almacenes y bodegas con mobiliario, herramientas y material para reparar. Tinieblas y oscuridad por todos lados; era necesario apoyarse con veladoras para poder ir viendo el camino.
Seguimos el recorrido para conocer más las profundidades de la Arena México, y se sentía el ambiente frío y la soledad.
En otro momento, fue posible ver cosas extrañas para el lugar como plumas de aves o el feto de un roedor sobre una fotografía desdibujada y borrosa.
“Por ejemplo a mí se me apareció aquí una niña como de unos cinco años corriendo en esta parte de atrás y cuando vine a guardar unas butacas se quedó parada la niña donde están las maderas y me hablaba la niña pero no le presté mucha atención hasta que me platicaron la historia de que aquí una niña perdió la vida antes de que ésta fuera la construcción de la Arena México”, detalló Jesús Aguilar, trabajador de mantenimiento de la plaza de lucha libre.
Roberto López Olvera, comentarista y narrador deportivo, ha sido testigo de los relatos que se escuchan en este legendario lugar de lucha libre.
Pero justamente una vez que tuve que venir temprano a hacer unas grabaciones a las 8 am, la gente de Producción no había llegado y llegué poquito antes, y tenía ganas de ir al baño, de pronto me metí, no había ninguna luz prendida y es de verdad impresionante porque no puedes ver 20 centímetros más allá de ti, no entra nada de luz en los baños tétricos, viejos, suena el agua caer, las goteras, las puertas se mueven con el aire”, dijo López Olvera.
Así, lleno de vibras y energías está la majestuosa Arena México, y así terminó nuestro trayecto por las cavidades más recónditas de este escenario.
Fuente: Excelsior