Las empresas mineras o hidroeléctricas ni siquiera consultan o avisan a la población: Hipólito Reyes
Por: Mario Rafael León
La iglesia católica simpatiza con causas sociales como lo es la defensa del medio ambiente; sobre todo en los lugares en donde quieren instalar minas o hidroeléctricas, aseveró Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa.
“En la zona de Actopan, por ejemplo, nos quieren instalar minas y ciertamente éstas constituyen una destrucción; las mineras encuentran un paraíso y lo convierten en un infierno, sacan los minerales que hay en esos lugares y dejan todo el desastre a la gente del lugar. Por eso en la iglesia católica vemos que no es conveniente. También hemos luchado contra las presas que querían establecer en el río de Los Pescados a la altura de Jalcomulco porque permitir eso representa matar una zona turística qué es muy importante para mucha gente”, aseveró durante la homilía de este domingo.
Ante los feligreses reunidos en a Catedral de Xalapa, expreso que las empresas mineras o hidroeléctricas ni siquiera consultan o avisan a la población lo que desean hacer y que en lugar de eso, solamente empiezan a comprar barato terrenos y a hacer obras y que por ello es necesario estar muy atentos y luchar en favor de los hermanos que defienden su entorno natural.
El arzobispo de Xalapa, afirmó que en tiempos de crisis como el que se vive es grande la tentación de buscar la seguridad religiosa, pero que seguir a Jesucristo no significa oír a un pasado ya muerto sino tener el espíritu de convicción que lo impulsó a él.
También señaló que en la actualidad existe mucha agresión hacia las familias y las mujeres. “Tenemos muchas situaciones difíciles de muerte, de violencia, de inseguridad e intenciones de legalizar el aborto, el asesinato de los niños desde el vientre materno. Vivimos un mundo muy caótico y agresivo contra la vida humana”, aseveró.
El arzobispo de Xalapa refirió que seguir a Jesucristo exige estar dispuestos a la conflictividad y a la cruz para compartir su propia suerte. “Es necesario aceptar una vida sacrificada como la suya sabiendo que nos espera la resurrección, seguir a Jesucristo en la actualidad implica una profunda experiencia del encuentro íntimo con él a través de la oración y del compromiso con el amor y la defensa de la vida humana en todas sus etapas, de los auténticos derechos humanos, del cuidado de la casa común que es la creación y de la solidaridad con los más necesitados”, aseveró.
