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Ofrece la CEM recomendaciones en caso de muerte por Covid-19

En esta realidad difícil de pandemia universal, urge practicar la caridad, reavivar la fe y reafirmar la esperanza


Por: Redacción

En esta realidad difícil de pandemia universal, urge practicar la caridad, reavivar la fe y reafirmar la esperanza. Con este fin, la Conferencia del Episcopado Mexicano comparte las siguientes recomendaciones en caso de muerte durante la emergencia sanitaria:

1. En caso de que el fallecimiento sea conocido directamente a causa del Covid-19, la familia y las personas involucradas en el cuidado del paciente deberán notificar a las autoridades y guardar la cuarentena solicitada por la autoridad civil.

2. Para los trámites funerarios y el traslado del cadáver, téngase en cuenta las indicaciones dadas por el personal médico.

3. Una vez obtenido el certificado médico de defunción, la familia deberá ponerse en contacto vía telefónica con la funeraria para realizar los servicios respectivos. Ella observará los protocolos indicados.

4. En el contexto del conjunto de medidas de distanciamiento social, tomadas a nivel nacional para evitar la expansión del virus, no se recomiendan los velorios, el embalsamamiento, pero sí se prescribe la cremación.

5. Evítese el acercamiento al cuerpo sin vida, pero si la familia desea ver el cuerpo, permítase el acceso sólo a los familiares más cercanos, observando todas las precauciones indicadas: cubrebocas, gel, guantes, lentes…, se prohíbe tocar el cuerpo.

6. Recomendamos acompañar a los familiares de los fallecidos con oraciones y cercanía, usando los medios de comunicación posibles.

7. Se pide vivir la caridad para con quienes prestan el servicio sanitario; exhorten a los fieles a evitar agredirlos o insultarlos; ellos arriesgan su vida y la de sus familias por atender a los infectados por este virus. Lo mismo para los familiares de los infectados declarados sanos, pidan se eviten acciones discriminatorias contra ellos.

8. La labor del Sacerdote es una actividad esencial para la atención de los fallecidos y sus familiares. En este tiempo de pandemia, es necesario celebrar la Eucaristía por los difuntos y pidiendo tambieìn por los deudos, pero a distancia, virtualmente, sin presencia fiìsica de fieles, de manera que los familiares encuentren en ello consuelo y fortaleza. Facilitar un número telefónico o una plataforma virtual a los feligreses.

Si se realizaran las exequias, de manera excepcional, háganlo siguiendo las normas estrictas de precaución, y utilizando el Equipo de Protección Personal: higiene de manos, guantes, mascarilla quirúrgica, respirador n-95, delantal impermeable de manga larga y proteccioìn facial. Esto, no sólo para no infectarse, sino para no convertirse en portadores y transmisores del virus. Además, de regreso a casa, dejar sus zapatos afuera y posteriormente desinfectarlos; depositar su ropa en una bolsa de plástico y lavar inmediatamente; darse un banÞo con agua caliente y sanitizarse por su salud y la de sus hermanos de casa. Los mayores de 60 años están excentos de realizar este tipo de servicios.

Procúrese en las Diócesis, solicitar a los hospitales aptos y de confianza, capacitación profesional para los sacerdotes, voluntarios o designados especialmente por su obispo para atender los casos de contagio positivo durante esta contingencia o para dar la bendición a los cuerpos de las personas fallecidas a causa de este mal.

9. No dejar de ofrecer oraciones y bendiciones por los médicos y enfermeras, por todos los hombres y mujeres que laboran en hospitales, cliìnicas y centros de salud y también por los que asisten a los enfermos en las casas.

Se recomienda finalmente, en caso de duda respecto a algún procedimiento adicional, revisar los protolocos de la Secretariìa de Salud.

El documento es firmado por monseñor Domingo Díaz Martínez, obispo responsable de esta Dimensioìn.

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